El camino español

Así se llamaba el trayecto desde Milan a tierras flamencas que durante los siglos XVI y XVII, los tercios españoles recorrían en pos de defender las posiciones españolas y asentar el dominio español en esas tierras, herencia envenenada de Carlos V. El camino era duro, atravesando los Alpes Suizos, y siguiendo paralelo al Rhin por tierras imperiales, observados tanto con recelo por los germanos aliados como por sus enemigos gabachos, hasta llegar a tierras Luxemburguesas, despues atravesaban Valonia y Flandes, donde el odio de la gente mostraba el repudio a sus "defensores" y se acuartelaban en los distintos emplazamientos de Namur, Lovaina, Bruselas etc esperando ser llamados para realizar numerosas ofensivas contra los rebeldes del Norte, dura vida en tierra ajena que era compensada con crueldades extremas.

"Sin Flandes no hay nada!" decía el conde-duque de Olivares, y aunque no era muy sensato, pues supuso la ruina de su imperio, parece que en su alma y aunque nunca visitó los Paises Bajos, tenía cierta razón. Hay algo alli que cautiva y cega el entendimiento. Es gris, hace frío, tienen costumbres raras y sin embargo es atractivo... desgraciadamente tambien pudiera ser mi perdición y mi ossesione, recuperar lo perdido aunque solo sea en parte, aferrandome a clavos nunca extinguidos.

Difícil es apagar las ascuas, que aun ardientes se encuentran invisibles bajo las cenizas.