El Barco de Colegas

El día 1 de enero del 2006, recibí un mensaje corto que me llamó mucho la atención: "Feliz vida", pensé mi padre esta borracho... pero despues de pensar un rato, me puse místico y me pareció un mensaje con mucho significado y más lúcido que al principio. Feliz vida pues a todos los que váis hacer parte deste diario de abordo, que es la mejora de nuestro antiguo Barco de Colegas.

miércoles, febrero 25, 2009

Dulce despertar

El alba ha despertado los colores del dia
que de oscuros se vuelven claros y vivos.
En un patio de colores floridos y frescos,
una fuente en el centro,
fluyen frescos los pensamientos.

El rocio refleja la luz y hace brillar las hojas,
de verdes enredaderas sobre el blanco de cal,
adornando como perlas las paredes.
Y en el suelo plantas floreadas
de turquesas, rojos, celestes y amarillos,
sombra de un viejo olivo, granados y palmeras.

Frutos recien cogidos esperan en la mesa,
atreyentes y apetitosos,
junta a nectares suaves donde apagar la sed.

El sol dora los campos de naranjos que se pierden hasta el mar.
Frescas aguas los banyan por acequias de edades olvidadas.
El dulce olor a azahar impregna el aire vespertino,
el gallo ya canto hace tiempo, momento de recogimiento y de paz,
amortiguado por murmullos y susurros de amor,
que se pierden en el aire.



Dolce destare

L'alba ha destato i colori del giorno,
che oscuri rinascono chiari e vivi.

In un cortile di colori floridi e freschi,
una fonte nel mezzo,
fluiscono vivi i pensieri.

La rugiada riflette i raggi e fa brillare le foglie
di verdi rampicanti sopra il bianco della calce,
adornando le pareti di perle.
E sul suolo piante fiorite
di turchese, rosso, celeste e giallo,
ombra di un vecchio olivo, melograni e palme.

Frutti da poco colti attendono sul tavolo,
attraenti e appetitosi,
accanto a soavi nettari, che appagano la sete.

Il sole dora i campi d'arancio, che si perdono fino al mare.
Fresche acque li bagnano con ruscelli di età dimenticate.
Il dolce profumo del fiore d'arancio impregna l'aria dell'alba,
oramai già da tempo ha cantato il gallo, attimo di raccoglimento e serenità,
attenuato da mormorii e sospiri d'amore,
che si perdono nel vento.