Curiosidad: "El sindrome de Ulises"
Pensaréis: "que pesadito se ha puesto con el tema de Odiseo", pero bueno es que uno encuentra cosas por internet, como que existe un síndrome que se llama "el síndrome de Ulises" que afecta a los inmigrantes y me flipo. Y dice tal cual: "es una situación de estrés límite, con cuatro factores vinculantes: soledad, al no poder traer a su familia; sentimiento interno de fracaso, al no tener posibilidad de acceder al mercado laboral; sentimiento de miedo, por estar muchas veces vinculados a mafias; y sentimiento de lucha por sobrevivir". Me recuerda a "sobrevivir, fuerza interior, calentito que me quema... y de verdad todo sale del deporte".
Pero en serio, me parece que el nombre no se corresponde bien con este tipo de depresión. Creo que Ulises se merecería mas otro tipo de síndrome. Pero no basado en el fracaso y si en la lucha por la supervivencia y en la soledad como consecuencia de un largo viaje y el correspondiente regreso y en la decepción. Y esto me hace reflexionar. Todos aqui hemos sufrido lo que a mi parecer sería el verdadero "Síndrome de Odiseo o Ulises", que me gustaría redefinir para este Barco. El regreso a lo que piensas es la realidad después de haber vivido ricas experiencias en el extrangero y quizá más allá de él (empieza el misticismo)...). Muchos aun no hemos regresado y no me refiero a que aun estamos físicamente por ahi fuera sino que nuestra mente se niega al regreso al punto de partida y por tanto pensamos en la temporalidad del momento presente(gran concepto discutido mil veces con la Dama de este Barco). Esto se debe a la sensación de retroceso en el retorno a un punto dado (pensad en el circulo, si el camino es un circulo y lo recorremos, cuando llegamos al mismo punto, hemos retrocedido???), si alguien lo entiende y tiene alguna interpretación pues que la dé!
En fin volviendo al síndrome, pues sí, todos hemos tenido esa Sehnsucht despues del regreso y esa sensación de no pertenecer ya al sitio donde regresas que se supone es tu casa. La readaptación es dura, y yo personalmente me parece que aun no la he aceptado y me preocupa, porque mira que lo he intentado. Pero es que, y este es uno de los muchos problemas subyacentes, y vosotros me entenderéis, es difícil responder a las preguntas cuando regresas. Tu interlocutor no estuvo en tu contexto y si hablas de tus aventuras a la otra persona, te sientes un poco pedante. Entonces dejas de hablar, y te sientes un poco excluido y diferente, no quieres aburrir o no quieres despertar una hipotética envidia que pueda producir el rechazo por tu supuesta exclusividad. Luego escuchas cosas como "es que él ha vivido fuera tanto tiempo..." y "qué vida se ha pegado!", y el otro responde algo así como "ah, claro..." como si entonces entendiera todo ("jetzt verstehe ich alles" cuando realmente no tiene ni puta idea) y entonces te suben a una especie de pedestal y te iluminan con una luz divina. Y luego esta esa afirmación, de la cual empiezas a hartarte: "Pues tú debes de saber mucho aleman" y tu asientes y te callas que aparte del aleman hablas 4 idiomas más para tampoco parecer presumido ni pedante ni flipao (seguro que a la Dama se le revuelve el estomago leyendo esto). El regreso es bastante decepcionante. Sí, es que verdad que vuelves a ver a los tuyos, que en muchos casos vuelves a ver el sol, pero es una decepción, parece que el mundo que dejaste no se ha movido, que se ha quedado estático, pero dentro de tí sabes que no es así se ha movido y sin tí. Y piensas "he cambiado yo y ha cambiado todo pero no a la misma velocidad ni en la misma direccion y sentido", tú no te ves igual y ellos tampoco. Tienes la sensación innata de que ellos se han quedado atrás (punto de vista bastante egoista) y que no han evolucionado (y bastante egocéntrico) y tienen las vistas cortas (has vivido un sueño? o ha sido real?). Sí, muy egoista y egocéntrico, pero ahora viene la soledad del que regresa sin regresar. Esa soledad es distinta porque parece que no encajes en la sociedad de regreso. Te sientes ajeno, y por tanto pierdes elinterés en las cosas y en las conversaciones que ya carecen de sentido, como si ya las hubieras hecho y oido miles de veces. La banalidad te puede y te dejas de sorprender por las cosas. Pierdes la paciencia y empiezas a mirar sin ver. Qué pena! pensareis, pues teneis razon. Para mí este sería el verdadero síndrome de Ulises, las consecuencias del regreso a aquello que se llama "realidad" despues de conocer otras realidades (como bien diría el filósofo Ortega).
De todas formas, se me ha ocurrido una idea que ya comentaré en futuros posts.
Pero en serio, me parece que el nombre no se corresponde bien con este tipo de depresión. Creo que Ulises se merecería mas otro tipo de síndrome. Pero no basado en el fracaso y si en la lucha por la supervivencia y en la soledad como consecuencia de un largo viaje y el correspondiente regreso y en la decepción. Y esto me hace reflexionar. Todos aqui hemos sufrido lo que a mi parecer sería el verdadero "Síndrome de Odiseo o Ulises", que me gustaría redefinir para este Barco. El regreso a lo que piensas es la realidad después de haber vivido ricas experiencias en el extrangero y quizá más allá de él (empieza el misticismo)...). Muchos aun no hemos regresado y no me refiero a que aun estamos físicamente por ahi fuera sino que nuestra mente se niega al regreso al punto de partida y por tanto pensamos en la temporalidad del momento presente(gran concepto discutido mil veces con la Dama de este Barco). Esto se debe a la sensación de retroceso en el retorno a un punto dado (pensad en el circulo, si el camino es un circulo y lo recorremos, cuando llegamos al mismo punto, hemos retrocedido???), si alguien lo entiende y tiene alguna interpretación pues que la dé!
En fin volviendo al síndrome, pues sí, todos hemos tenido esa Sehnsucht despues del regreso y esa sensación de no pertenecer ya al sitio donde regresas que se supone es tu casa. La readaptación es dura, y yo personalmente me parece que aun no la he aceptado y me preocupa, porque mira que lo he intentado. Pero es que, y este es uno de los muchos problemas subyacentes, y vosotros me entenderéis, es difícil responder a las preguntas cuando regresas. Tu interlocutor no estuvo en tu contexto y si hablas de tus aventuras a la otra persona, te sientes un poco pedante. Entonces dejas de hablar, y te sientes un poco excluido y diferente, no quieres aburrir o no quieres despertar una hipotética envidia que pueda producir el rechazo por tu supuesta exclusividad. Luego escuchas cosas como "es que él ha vivido fuera tanto tiempo..." y "qué vida se ha pegado!", y el otro responde algo así como "ah, claro..." como si entonces entendiera todo ("jetzt verstehe ich alles" cuando realmente no tiene ni puta idea) y entonces te suben a una especie de pedestal y te iluminan con una luz divina. Y luego esta esa afirmación, de la cual empiezas a hartarte: "Pues tú debes de saber mucho aleman" y tu asientes y te callas que aparte del aleman hablas 4 idiomas más para tampoco parecer presumido ni pedante ni flipao (seguro que a la Dama se le revuelve el estomago leyendo esto). El regreso es bastante decepcionante. Sí, es que verdad que vuelves a ver a los tuyos, que en muchos casos vuelves a ver el sol, pero es una decepción, parece que el mundo que dejaste no se ha movido, que se ha quedado estático, pero dentro de tí sabes que no es así se ha movido y sin tí. Y piensas "he cambiado yo y ha cambiado todo pero no a la misma velocidad ni en la misma direccion y sentido", tú no te ves igual y ellos tampoco. Tienes la sensación innata de que ellos se han quedado atrás (punto de vista bastante egoista) y que no han evolucionado (y bastante egocéntrico) y tienen las vistas cortas (has vivido un sueño? o ha sido real?). Sí, muy egoista y egocéntrico, pero ahora viene la soledad del que regresa sin regresar. Esa soledad es distinta porque parece que no encajes en la sociedad de regreso. Te sientes ajeno, y por tanto pierdes elinterés en las cosas y en las conversaciones que ya carecen de sentido, como si ya las hubieras hecho y oido miles de veces. La banalidad te puede y te dejas de sorprender por las cosas. Pierdes la paciencia y empiezas a mirar sin ver. Qué pena! pensareis, pues teneis razon. Para mí este sería el verdadero síndrome de Ulises, las consecuencias del regreso a aquello que se llama "realidad" despues de conocer otras realidades (como bien diría el filósofo Ortega).
De todas formas, se me ha ocurrido una idea que ya comentaré en futuros posts.
3 Comments:
Joder tronco, menos mal la foto del cordobés, que sino...
Otro día daré yo mi visión del asunto, que en algunas cosas coincide pero en otras es bastante opuesta.
Sólo sé que vivir en un sitio con sol como Iberia, y a pesar de el alto índice de garrulos campantes por la península, no tiene precio.
Quizá haya que encontrar el sitio, pero yo cada día tengo más claro que mi sitio está en algún lugar de la piel de toro.
Jawohl!
He Capitan,
Lei hace tiempo (unos meses) un libro muy interesante sobe el tema. Y veras que el sindrome de Ulises es no poder estar con los suyos los que amas y daria la vida por ellos, como una mujer o un hijo, lo que ninguno de nosotros tenemos. Por eso ulises es un buen ejemplo de lucha continua contra los dioses para volver a ver su mujer penelote y su hijo telemaco.
Bueno el libro es:
'El Sindrome de Ulises' de Santiago Gamboa. Un joven colombiano que cuenta su estancia en paris. (es muy realista y refleja bien la vida de un imigrante en paris a veces sin papeles), todos en la novela sufren mas o menor (a su manera) el sindrome.
Es una novela que te recomiendo por estar muy bien escrita.
Yo quiero un libro sobre la piel del toro :-)
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