Primer mes.
Un mes ha transcurrido ya desde que llegué a Bruselas. Un mes que ha dado para mucho. Vuelta a un lugar de trabajo añorado, a unas calles conocidas, a rincones que fueron especiales. Sitios que han desaparecido y han dado paso a nuevos. Callejas de aceras adoquinadas y sus casitas de cuento junto a edificios en forma de aspa. Bruselas sigue siendo la ciudad de la que me quedé prendado, pero ahora esa relación de amor que en un primer momento, hace ya 5 años, fue apasionada y a momentos tormentosa, se ha vuelto apacible, tranquila, sin prisas pero sin pausas, sabiendo que hay tiempo suficiente, me ha estado esperando pacientemente. Me siento inmerso en ella, aceptado por sus avenidas, sus palacios y sus parques cincuentenarios, aunque los años han pasado y no en balde para ella y para mí. Sus arrugas las noto más quizá que antes, esas arrugas de la experiencia y la sabiduría, del trasiego de sus gentes de colores, de su tráfico en sus túneles. La nieve vino y se fue, y dejó el olor dulzón a gaufre y a la cercana navidad. Las luces han tomado su Gran Plaza y el mercado. Luces cálidas que deshielan las temperaturas que hacen bostezar vapor. Y allá a lo lejos, las esferas del gran Átomo centellean de luces y participan de las próximas fiestas, sumiéndola en un velo de misterio, como la linea de azul tenue que se advierte en el horizonte justo antes del amanezer, o el anochecer, que da paso a la vida , o al descanso de sus bulevares. Y sí, me dejo llevar por su somnoliento silencio asomado a la ventana, me dejo abrazar por su paz en el descanso previo a la vida atareada.
Pronto volveré con mi otra amante, mucho más al sur, y bañada por el Mediterraneo azul. Pero será un encuentro corto e intenso, aunque también esperado.
Una última mirada desde la ventana, como te solía mirar entonces, justo antes del descanso...
Pronto volveré con mi otra amante, mucho más al sur, y bañada por el Mediterraneo azul. Pero será un encuentro corto e intenso, aunque también esperado.
Una última mirada desde la ventana, como te solía mirar entonces, justo antes del descanso...
1 Comments:
Está usted muy poético, mi capitán, y me alegro de que la estancia esté siendo tranquila y provechosa. Lástima que no coincidiremos esta Navidad... bueno, otra vez será.
Un abrazo
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