Queridos tripulantes del barco,
Os habla el Capitán desde esta tierra donde el sol brilla por su ausencia, y sus gentes tienen el temperamento y la personalidad del tiempo desapacible de aquí, sangre avinagrada, cara de pocos amigos y muestran una agresividad al volante desaforada. Que deciros que no sepáis, salvo que las mismas nubes que ocupan desde hace semanas el cielo de Munich, también han nublado desde hace tiempo mi alma. Es quizá demasiado cálido el sol de mi tierra, pero se añora desmesuradamente en este verano invernal. Y esperando ese sol que no llega me encuentro, entre lluvias y tempestades externas e internas. Y es que ayer a las 22h de la noche hubo un punto y seguido que espero desplace estas nubes y me traiga de nuevo el sol.
Añoro nuestras reuniones, nuestras kafridades, nuestros partidos de futbol, nuestras cenas en el Bocho y en la Iberica, nuestras excursiones y viajes de fin de semana ("yo no vuelvo aquí con vosotros"). La camaradería que nos ha acompañado siempre. Es duro pensar que cada cual hace su vida, cosa natural, y que nuestros destinos se alejan y tan solo de vez en cuando nos unen, cada vez mas aisladamente.
Entre esa melancolía y la realidad que me rodea me encuentro. Y aunque estemos lejos me acompañais cada vez que veo las fotos y sonrio recordandoos y visionando en mi mente viejos momentos. Me pregunto si fueron de verdad, pues la memoria se cubre de niebla que se espesa de vez en cuando y no deja ver con claridad. Pero siempre que lo necesito encuentro vuestro apoyo. Y esto me llena de orgullo, pues entonces pienso en aquello que nos une, y creo que es un fuerte enlace, y aunque hagamos cada cual el gilipollas alguna vez, siempre tenemos ese refugio que somos nosotros mismos. Un mail, una llamada telefonica, un sms, este blog, todo vale para hacernos vivos y ser el apoyo que necesitemos.
Y ahora mismo echo de menos, llegar al piso de poeta Artola, nuestro piso KN, ver sentado a Lucarieee en el sillón azul con una sonrisa de perilla de bienvenida. El esperándome a cenar, y recibir ese abrazo que tan bien definio Albe como felicidad. Abrazar a Lucarieeeeel es una terapia buenisima.
Sin mas se despide el Capitán.
Abrazos para todos y besos a las Damas del Barco.
Os habla el Capitán desde esta tierra donde el sol brilla por su ausencia, y sus gentes tienen el temperamento y la personalidad del tiempo desapacible de aquí, sangre avinagrada, cara de pocos amigos y muestran una agresividad al volante desaforada. Que deciros que no sepáis, salvo que las mismas nubes que ocupan desde hace semanas el cielo de Munich, también han nublado desde hace tiempo mi alma. Es quizá demasiado cálido el sol de mi tierra, pero se añora desmesuradamente en este verano invernal. Y esperando ese sol que no llega me encuentro, entre lluvias y tempestades externas e internas. Y es que ayer a las 22h de la noche hubo un punto y seguido que espero desplace estas nubes y me traiga de nuevo el sol.
Añoro nuestras reuniones, nuestras kafridades, nuestros partidos de futbol, nuestras cenas en el Bocho y en la Iberica, nuestras excursiones y viajes de fin de semana ("yo no vuelvo aquí con vosotros"). La camaradería que nos ha acompañado siempre. Es duro pensar que cada cual hace su vida, cosa natural, y que nuestros destinos se alejan y tan solo de vez en cuando nos unen, cada vez mas aisladamente.
Entre esa melancolía y la realidad que me rodea me encuentro. Y aunque estemos lejos me acompañais cada vez que veo las fotos y sonrio recordandoos y visionando en mi mente viejos momentos. Me pregunto si fueron de verdad, pues la memoria se cubre de niebla que se espesa de vez en cuando y no deja ver con claridad. Pero siempre que lo necesito encuentro vuestro apoyo. Y esto me llena de orgullo, pues entonces pienso en aquello que nos une, y creo que es un fuerte enlace, y aunque hagamos cada cual el gilipollas alguna vez, siempre tenemos ese refugio que somos nosotros mismos. Un mail, una llamada telefonica, un sms, este blog, todo vale para hacernos vivos y ser el apoyo que necesitemos.
Y ahora mismo echo de menos, llegar al piso de poeta Artola, nuestro piso KN, ver sentado a Lucarieee en el sillón azul con una sonrisa de perilla de bienvenida. El esperándome a cenar, y recibir ese abrazo que tan bien definio Albe como felicidad. Abrazar a Lucarieeeeel es una terapia buenisima.
Sin mas se despide el Capitán.
Abrazos para todos y besos a las Damas del Barco.
2 Comments:
Pues, si. Y despues del partidillo de futbol que echamos los que estamos en Valencia aun más. A ver si encontramos alguna buena escusa para vernos todos pronto.
Si nano,la verdad es que las del KN fueron épocas grandes, y ojalà podamos repetir esos momentos! Yo siempre te esperaré aperillado en el sofà (que por cierto pronto serà en otro piso) y el sardo también, siempre enfadado por los culurgiones y el foie gras que nos jalamos a su salud!
Animo, que queda menos
Un abrazo, Lucariell y Paolo
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