Queridos yonkis y gitanos, artesanos y trabajadores del metal, inmigrantes, emigrantes, musicos, figurantes, personal de vuelo, recepcionistas de hotel, árbitros y voluntarios, modosos, kafres, naranjillas y rojillos, familiares, comerciantes, marginados, excluidos y ofendidos,
hermanos todos:
Es para mi motivo de orgullo y de honor el poder ser partícipe de este nuevo
Barco de Colegas, esta ventana abierta al mundo kafre, renovada, con nuevo estilo y mas posibilidades que nos permitirá intercambiar impresiones acerca del mundo que nos rodea. Gracias a ella, el kamponabismo y todo aquello que inunda nuestras vidas se verá plasmado en letras, susurros de nuestro interior que agitarán el pensamiento colectivo.
Quisiera concluir mi intervención no sin antes hacer referencia a algo que nunca debemos olvidar y que deberíamos siempre tener en consideración en nuestro campar por el mundo. Y me refiero, como habreis podido inferir por mis palabras y el tono de mi discurso, a la
SERIEDAD. La seriedad hace al hombre humano, le conduce a la paz interior, facilita su relación con los que le cirun(ci)dan, le lleva por el buen camino y, en ocasiones, hasta le permite encontrar lo que puede ser el sustento propio y el de sus familiares. La seriedad, hermanos míos, debe permanecer como roca inalterable de nuestro común hacer, como acervo permanente e inherente a la cospicua interacción de los supuestos en los que la realidad extrema y radical nos empuje a vivir.
Como dijo el sabio:
"materializar la seriedad, a que anhelo mayor podríamos aspirar?".
Que así sea.
Saverio