Hay dias en los que me despierto totalmente sudado, con el corazon a 200 y con una prisa tremenda, suele ser fin de semana y suele pasar que tenga la sensacion de que uno esta perdiendo el tiempo, que uno no este en el sitio donde deberia, con la gente que deberia. Es una sensacion angustiosa.

A traves del balcon miro y veo la iglesia con los tejado blancos de los restos de nieve. Y no me siento en casa, ni por asomo. Y luego recibes noticias de los amigos y los ves ajenos, distintos y distantes. No somos los mismos y no lo volveremos a ser. Y los echas de menos como los ves en tus recuerdos, pero sabes que cada vez es mas dificil. A veces miras las fotos, algunas con barba y otras sin, unos con mas o menos pelo, pero mismos personajes, distintos lugares, mas o menos familiares. Recuerdas conversaciones, promesas veladas, comentarios jocosos, y me veo reflejado en la pantalla con una sonrisa melancolica, y preguntandome a mi mismo si de verdad todo esto paso. A veces he intentado concentrarme en un episodio, manteniendo fija la mirada, intentando captar el momento y grabarlo en la memoria, pero no se si lo he conseguido exactamente.
Y si lo consiguo, realmente serve de algo? Supongo que el placer momentaneo y efimero, porque vuelves a mirar por la ventana y ves la misma iglesia nevada, y no estas en el sitio y ni en el tiempo que quisieras. Volver al Moncayo y sentir esa paz de silencio que tuvimos durante esos 10 min. Volver al coche de Albe, subiendo aquella cuesta de Aitana donde llamamos al madrilenyo para que nos explicara que concepto tenia el del turismo rural o de interior. Volver a la ciudad encantada de Cuenca, donde Luca estaba tan gracioso esperando en los rincones. Volver a los molinos eolicos de la mancha a ver a los duendes que los habitan, y escuchar al morador de la presa de alcorcon con su voz estridente gritando "un pico de energia". Volver a la playa de Juanfran alla en Huelva, a esa tarde con cervezas mirando la puesta de sol y algunos banyandose o mojandose los pies. O al cabo san Vicente con el mejor picnic que habremos hecho en la vida con cerveza superbock. Volver aquel anyo en el que perdimos la cuenta de las veces que fuimos a Madrid, a esa noche en la que albakra se cayo por la cuesta de la Almudena despues de las cervezas en la Cosa Nostra. Volver a aquella noche en Casas viejas, aquella conversacion en el salon en medio de una atmosfera turbia e incendiaria. A pasar por el pueblo ese del rey y su leon. A recibir esos mensajes de los campos de paellas y de las cementeras. A ver en Cerdenya como el organillero limpiaba aquel coche con una botella de cocacola con agua. A los conciertos en Bolonia y al concierto de Calagonone. A la montanya con antenas donde el mismo explicaba lo que era el amor. A la excursion cerca de Valencia donde Albe hizo un trompo con el coche, y al museo aquel donde Save se sintio airado por el valenciano. Volver a la semana kafre de Bolonia, donde la palabra perfeccion se queda corta. Subir a San Luca. Tocar la guitarra en la Grande Place. A la tarde que pasamos bebiendo cervezas en aquel piso de Bxl. Al concierto de Manolo, al concierto de Sabina y Serrat. Volver.

Y revivir tantos otros momentos en los que hemos estados todos aun sin estarlo. Todo esto para luego recibir un mail, un mail tras casi dos meses de silencio... simple y llanamente un mail despues de todo. Si pensais que soy egoista decidmelo.