Hola queridos Kollegen, liebe Genossinen, liebe Genossen.
Ya hacía bastante tiempo que no me dignaba a depositar en este blog los productos resultantes de las pajas mentales, que en el caso de algunos resultan ser simple y llanamente venganzas, deparadas por la vida en esta meretriz ciudad de mierda conocida como la capital de una de esas llamadas "realidades nacionales ibéricas" que están tan de moda ahora. Si amigos, el puto Madrid. Puto Madrid, y no el equipo merengue, sino puto Madrid como ciudad.
La famosa frase "de Madrid al cielo" se ha convertido en "de Madrid al agujero" o "de Madrid al astasco entero", o incluso "de Madrid al reggaetoneo". Nada de esa ciudad que yo un día conocí con sus parques llenos de jeringas de los drogatas que se iban a pinchar, nada de esos críos jugando por las calles cerca de los yonkis que no nos causaban miedo, nada de tus colegas los gitanos que iban con el radiocasete "alegrando" las calles cerca del mercado, nada de esa Casa de Campo sin prostitutas ni gente comiendo pollo y escuchando esa música, nada de eso queda ya. Nada queda ya de esa ciudad que para entonces ya nos parecía llena de coches, pero en la que se podía circular y pasear.
Ahora esto se ha convertido en un atasco permanente, en una obra contínua, en un ir y venir de capullos y gilipollas por las calles, en una falta de respeto y un canibalismo urbano que no tiene límite, en una ciudad en la que poco a poco se forman ghettos, se acentúan las diferencias y de la que la gente empieza a marcharse por el hartazgo que supone entregarle al asfalto todos los días dos horas de tu vida para llegar a tu trabajo. Otros, sin embargo, no tienen más remedio que aguantar. Sin embargo, cuando miran a la sierra imponente allí a lo lejos, anhelan intensamente hacerle un gesto obsceno agarrándose los machos a toda esa panda de imbéciles que pueblan la ciudad y largarse a vivir a un pueblo, con el único equipaje de una gorra y unos calcetines.
Ha sido un día muy duro en esta puta jungla. Empezó muy pronto y ha acabado muy tarde. Me desperté con atascos y volví a casa tras varios atascos. No os podeís imaginar la desesperación que causa ir de obra en obra, de fila en fila, de mogollón en mogollón. Y lo peor de todo es que ese tiempo nadie me lo va a devolver nunca, ni siquiera el puto Gallardón aunque me baje los impuestos. Y tampoco hay un sitio donde lo pueda reclamar...
Hoy he empezado los exámenes del puto master. Deseadme suerte de aquí al miércoles próximo.
Abrazos!
(PD: menos mal que el gallego, el eusebio y la Monumental de las Ventas nos salvan de vez en cuando de este caos)
(PD2: Luca tío! A ver si nos vemos en tu próxima visita a la piel de toro! Ein Kafrentreffen muss UNBEDINGT sein!!)